Museo del Calzado Jose María Amat Amer

Evento

EXPOSICIÓN SOBRE LA MODA EN LA ÉPOCA COLOMA

En la Edad Media los atuendos diferían en cada país, pero el Renacimiento tuvo un efecto unificador, gracias a las comunicaciones y avances en los transportes, proliferaron las espléndidas mercancías de lujo y la gente empezó a desearlas, incluso la burguesía.

 

La Moda en los siglos XVI y XVII, enclavados en la época del Renacimiento, destacó igualmente por un espectacular desarrollo hacia la belleza, alejándose de las penurias de la Edad Media.

El Renacimiento se extendió rápidamente por toda Europa Occidental, pero los principales focos de actividad se asentaron en los ricos estados del Norte, el Centro de Italia, y en Flandes, los pañeros crearon los tejidos más lujosos del continente, utilizando lanas importadas de Inglaterra.

En Italia, las familias más notables vivían en casas espléndidas y portaban ropas acordes con su status.

El Renacimiento fue una época de viajes, inventos, comunicaciones y descubrimientos, viajes a países lejanos y exóticos de donde regresaban con lujosas sedas, o del Nuevo Mundo de donde provenían plumas de brillantes coloridos para adornar los sombreros.

 

En el Renacimiento, hasta Leonardo da Vinci tuvo gran influencia en la Moda, sus conocimientos sobre la anatomía, e ingeniería, introdujo en la Moda Italiana el concepto de que el CIRCULO era la forma más pura y perfecta, y con ello introdujo la SIMETRÍA Y LA PROPORCIÓN en la ESTÉTICA de sus mecenas renacentistas. La apariencia en los hombres y las mujeres comenzó a ser más redondeada, y las prendas adoptaron un estilo más sensual. Mangas y faldas se ensancharon, las ropas se hacían con tejidos tupidos, lujosos y suaves, como terciopelo, brocado y damasco. Los bordados y la ornamentación se empleaban con frecuencia para añadir riqueza a la prenda y belleza al cuerpo humano, que comenzaba a ser aceptado.

 

Como el individuo comenzó a tener más conciencia de sí mismo, la ropa y las prendas de moda adquirieron más importancia en el Renacimiento, incluso para la próspera clase media o burguesía.

 

En el Siglo XVI el estilo de la moda española que impuso la reina Isabel de Valois (tercera esposa de Felipe II, influyó de manera decisiva en las cortes europeas. La moda valoraba una cintura estrecha, y prendas interiores que borraban las formas naturales del cuerpo como fue el CARTÓN DE PECHO, que derivaría posteriormente en los CORSÉS tan de moda en siglos posteriores, y el VERDUGADO que daba tiesura a la falda. Sobre estas prendas se vestía la SAYA, vestido del que resaltaba el cuello blanco de LECHUGUILLA, que fue ganando en diámetro y riqueza conforme nos acercamos al siglo XVII.

 

En la época de Felipe II un hito importante en la Moda fué conseguir un NEGRO INTENSO en los tejidos, con materiales importados del nuevo continente, lo que convirtió la corte española en la más sobria, mientras en el resto de Europa continuaron proliferando los colores, y se añadió un elemento más extravagante, HABITO DE USAR PRENDAS CON PARCHES DE COLORES BRILLANTES, rayas, cuadrados triángulos… Los jefes de algunas familias de élite mostraban su preferencia por ciertos colores, así a Amadeo de Saboya VI y VII eran conocidos como “Conde Verde” y “Conde Rojo” por su gusto por esos colores.

 

Ya en el siglo XVII la moda española es genuinamente española, no se deja influir por factores externos europeos, los españoles no se dejaron rendir a la moda francesa con un concepto y estética totalmente diferente, como hicieron el resto de países europeos. Se creó un ESTILO VESTIDO A LA ESPAÑOLA, cuyos rasgos más notables, basados todos en la AUSTERIDAD

 

Los elementos más importantes dentro de la vestimenta de la época fueron:

 

En la Corte de Flandes surgió la moda de los ACUCHILLADOS, cuando en guerra ganaron a los suizos, cortaron a girones sus tiendas, estandartes y vestidos del ejército perdedor; y ataron las tiras a los desgarrones de sus propios vestidos, así apareció esta moda, que se caracterizaba por las costuras abiertas, cortadas deliberadamente, dejando visto el forro. Este adorno fue adoptado por hombres y mujeres, pero alguno más popular en masculinos.

 

La GORGUERA, es un rasgo destacado en la indumentaria masculina y femenina, que comenzó como el efecto que se creaba al fruncir con un cordón el escote de una camisa, dando apariencia de un volante. La gorguera se perfeccionó gracias a la aparición del almidón, que tiñe el blanco del volante y le añade un matiz azulado o amarillento. Para mantener la gorguera se ponían debajo soportes que consistían en alambres forrados con tiras de seda, los frunces de la gorguera se plegaron cada vez más, con lo que sobresalían mucho y agobiaban por su altura, en ocasiones el diámetro llegó a tener tal proporción que los mangos de las cucharas tuvieron que alargarse para que se pudiera comer . Mas tarde las gorgueras se realizaron en gasa, a veces con los característicos bordes de encaje dorado o plateado; podían hilvanarse al alto cuello del cuerpo del vestido o utilizarse para decorar una camisa masculina. En la evolución de la moda, esta costumbre decayó antes en los caballeros en favor de la VALONA, igualmente amplia y lujosa, pero que permitía movimiento con más naturalidad.

 

Los hombres y mujeres de clase media llevaban prendas con MANGAS DESMONTABLES O CON DOBLE MANGA, una manga estrecha que podía ir sujeta una prenda interior y una manga más amplia, que también solía estar fijada al cuerpo de un vestido. Estas constituían un método asequible para cambiar el aspecto de una prenda, así con dos vestidos y diez pares de mangas obtenían gran variedad de modelos.

 

Las AGUJETAS era otra prenda característica del traje renacentista, recuerdan el sistema de cordones de los zapatos, y se usaban para sujetar las calzas a la cintura del jubón, o las mangas desmontables a la sisa de un jubón o un cuerpo. Su función era funcional, la clase alta la llevaba por motivos decorativos. Las agujetas permitían que el vestido resultara más suntuoso y ornamental, o potenciaban las prendas con un aspecto mas cotidiano.

 

El vestuario femenino se componía de una camisa interior de lino blanco, de manga larga, sobre la que se llevaba un vestido de cintura alta de un color contrastado. Aunque las ropas femeninas eran muy pesadas, la silueta deseada estaba bien definida. Las prendas enfatizan unos hombros amplios, un largo y estrecho talle, y unas caderas anchas. La parte superior del cuerpo femenino se estrechaba con la BASQUIÑA, confeccionada con un tejido rígido, esta prenda interior tipo corsé se pegaba al cuerpo y le daba una forma de embudo, suprimiendo la redondez natural del seno y proyectándolo hacia arriba. Así los cuerpos producían un aspecto aplanado.

 

En el siglo XVI la pieza fundamental del guardarropa femenino era la COTA, o vestido interior. El escote del vestido se hizo en forma de V hasta la cintura, y se añadió una rígida pieza de tejido, el TASSEL, para tapar el pecho. Las mangas se abrían en los hombros, en los codos y en la parte posterior para dejar asomar por las aberturas de las mangas la prenda interior.

 

Pero la invención más destacada del Renacimiento para la mujer fue el VERDUGADO, estructura redondeada que armaba la falda, que se utilizó por primera vez en 1468 en la corte española, transformándose en otros países e incrementó su anchura, VERDUGADO DE TAMBOR, típico de Francia. El verdugado producía el balanceo en la falda, que se acentuaba con el uso de tacones. Los vergugados se realizaban con ramitas de sauce, con cañas, o con ballenas que se cosían sobre el tejido.

 

El LARGO DE LA FALDA, arrastraba por el suelo pero comenzó a dejarse ver la pierna bajo la falda, sobre todo cuando la dama paseaba, cazaba o bailaba. Este deseo de mostrar las piernas llevó a buscar MEDIAS Y CALZAS que se ajustaban a la perfección. Catalina de Médicis, fue la primera en llevar CALZONES, que le proporcionaban una gran libertad, y permitían montar a caballo de lado en la silla. Al principio los calzones estaban hechos de de algodón o fustán, pero conforme iban ganando aceptación, comenzaron a confeccionarse con tejidos más suntuosos, como el brocado, o paños dorados y plateados.

 

Las mujeres llevaban CAPAS PLISADAS como prendas exteriores. Algunas tenían un estrecho escote redondo y el toque frívolo de una abertura debajo de los brazos que mostraba el vestido.

 

Los ABANICOS Y PAÑUELOS, eran el remate a un outfit renacencista, los materiales traídos de China y de América proporcionaban exotismo a los mismos.

Los caballeros, para parecer con un mejor físico, y que sus hombros y pectorales parecieran más anchos, se acolchaban los abrigos con heno, y se colocaba un cinturón en la cintura.

Las medias reemplazaron a las estrechas calzas, y a la entrepierna se convirtió en la zona mas importante del cuerpo con la introducción de la bragueta y otras ornamentaciones, como las cintas.

La ropa diaria mostraba signos de creciente modernidad, el guardarropa masculino constaba de elementos esenciales:

 

CAMISA, DE LINO BLANCA, símbolo de opulencia, que reemplazó a la cota. Una camisa limpia y planchada, de lino, seda y tafetán, distinguía al caballero del campesino. El corte era amplio, con escote bajo, con el tiempo se le añadió un cuello pequeño o un fruncido, adornado con bordados en negro, rojo, azul, o dorado, dando paso posteriormente a la Gorguera.

 

JUBÓN, hasta el siglo XVI fue la prenda principal de la parte superior del cuerpo, llevado bajo el sobre todo, evolucionó hacia la CHAQUETA y al CHALECO.

Rellenos y refuerzos daban forma a la prenda, y las hombreras las dotaban de un volumen adicional. El torso abombado era considerado signo de virilidad, pero esta moda se abandonará en el siglo XVII. Las mangas de los jubones se ataban con agujetas en la sisa, dejando ver los acuchillados del codo, y la parte posterior del brazo.

 

JUSTILLO, era el equivalente a la CHAQUETA DE TRAJE, podía tener cuello alto o bajo. A menudo se llevaba abierto para mostrar el jubón, la camisa, y la bragueta.

 

BRAGUETA. Para remarcar la ingle masculina, se llevaba en la entrepierna un triángulo protector de tejido relleno, sujeta al jubón con agujetas.

 

CALZAS, unas piernas bien formadas eran consideradas un signo de masculinidad. Sin embargo, las calzas ajustadas no fueron universalmente adoptadas, eran caras de producir, y sólo las llevaban los caballeros adinerados.

 

MEDIAS, con la invención de la profesión de tejedor, las medias, antes cortadas en tejido, evolucionaron hasta convertirse en una prenda ajustada y confortable.

 

En los siglos XVI y XVII se empieza confeccionando zapatos para la mayor parte de las clases sociales, pero con hormas rectas, es decir, hormas sin apenas quiebres y, en el caso de la mujer sin diferenciación en uno u otro pie. El calzado se confeccionaban con una gran variedad de materiales, como el piel, paño o seda. Las mujeres pudientes, cortesanas y prostitutas llevaban chapines, que al igual que los zancos, elevaban sobre el suelo a quien los llevaba ya afectaban su paso al caminar, pero este problema se alivió rebajando la suela; así surgieron los zapatos de tacón alto.

 

El calzado era caro, y los patines, plataformas de madera atadas a la suela con cintas de tejido, protegían los zapatos del mal tiempo al separarlos del suelo.

La moda en el siglo XV viene de Francia y de allí, sobre todo las puntas del calzado, toman nombres en similitud a las “extravagancias” que muestran: Calzado de “morro de vaca” o calzado de “pata de oso”, en función de la anchura y de la elevación del empeine y abertura del ancho de la punta.

Durante el reinado de Felipe II, la austeridad de la corte impone un zapato más moderado en sus formas y con una punta más estrecha, con palas y cuartos (al estilo muy posterior de los zapatos más actuales) que llevaban varias piezas para componer un calzado, entre pala, cuartos traseros o talones. Poco a poco la punta que se agudiza en España va tomando formas más redondeadas y aparecen los primeros cordones que se realizarían con cintas de tejido o seda y casi siempre al tono del calzado de piel.

La altura del tacón, la forma de la pala y la puntera cambiaban de vez en cuando, de acuerdo con la moda del momento.

En 1580 se desarrollaron los cordones en los zapatos.​

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