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Zlin es una ciudad que se aproxima a los 80.000 habitantes. Se encuentra en la zona occidental del país, próxima a la frontera eslovaca. Es una ciudad que debe su fama a la producción de calzado. En esta ciudad nace a finales del siglo XIX la multinacional Calzados Bata, presente en todo el mundo. En pocos años multiplicó su población y la producción y los empleados dedicados al calzado crecieron de forma excepcional.
El museo del calzado se halla en el centro de la ciudad que es además capital de la industria del calzado checa. Más de mil piezas nos guían por la producción de la empresa legendaria Baťa (1884–1945) y la historia del oficio que desde hace mucho se transformó en un icono para el país.
El auge de su industria y de la ciudad se debe fundamentalmente a Tomasz Bata Junior, uno de los zapateros más famoso del mundo, hijo del legendario fundador de la compañía Bata. Construyó el conjunto arquitectónico en la ciudad de Zlín, la única ciudad «americana» en la Checoslovaquia de la primera república. En su tiempo se trataba de edificios con una arquitectura funcionalista y la maquinaria más moderna para fabricar calzado, con nuevos métodos de dirección de empresa.
El rascacielos llamado «Veintiuno» fue en la época de su origen el segundo edificio más alto de Europa. El equipamiento del despacho de Baťa ha sido reconstruido cuidadosamente. En la planta superior «21» se encuentra una terraza que se puede visitar durante todo el año y que ofrece unas impresionantes vistas panorámicas a la colonia de las casas de Baťa que construyó para empleados y servicios.
La fábrica de calzado, construida en Zlín, se convirtió en el principal motor de crecimiento de toda la ciudad. La compañía construyó supermercados, salas de cine, hospitales, escuelas, instituciones científicas, talleres de cine e innumerables edificios de apartamentos nuevos. La población creció rápidamente a partir de ese momento.
Hoy en día es una ciudad famosa además por su arquitectura, ya que es una ciudad diseñada en su totalidad como "ciudad-jardín", que se cuida como ejemplo de lo que fue, una ciudad industrial que tenía y tiene el calzado como su principal exponente.
El Museo Bata de Zlin ha requerido una inversión muy cuantiosa a la que han colaborado tanto la Fundación Bata como el Ayuntamiento de la ciudad. Visitar sus salas y contemplar las vitrinas y recreaciones nos transporta a ese mundo de producción zapatera de calidad, creación y diseño. Los zapatos alternan en algunas fases de la exposición con otras prendas y complementos: Vestidos en piel y bolsos expecialmente.
La ciudad de Zlin es un claro ejemplo del compromiso de sus instituciones con el calzado y su industria.
* J.M.A.