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Una cáliga romana del siglo II se descubrió en Noruega debido a los deshielos inusuales que se están produciendo en las zonas montañosas cubiertas habitualmente de hielo y nieve.
La sandalia está en un estado aceptable de conservación, gracias a la labor del hielo que la ha conservado hasta nuestros días.
Probablemente se trataba de restos de utensilios abandobados por soldados al servicio de Roma, ya que junto a la sandalia se descubrieron también algunos utensilios.
La caliga está formada por una suela y un na piel de empeine acanalada que se sujetaba al tobillo. La diferencia estriba en que la suela no está claveteada como ocurre en la mayor parte de ese tipo de calzado. Aunque por el estado en que se encontró, pudiera faltarle una parte de la suela, como le faltan las correas que se sujetan a la pierna o al tobillo. Los romanos la empleaban en sus ejércitos porque es un tipo de calzado ideal para la marcha.
Los técnicos la han fechado entre el año 200 y 500 d.C., por lo tanto se le supone una antigüedad aproximada de 1500 a 1800 años.
La zona de Lendbreen wa un paso a una altura de 2000 metros, lo que supone que desde siempre está cubierta por hielo y en el año 2019 se produjo un deshielo importante que dejó al descubierto este y otros objetos,
Los estudiosos se sorprendieron de la aparición de esta sandalia en la zona de temperatras extremas para el empleo de ese calzado. Se supone que debió ser parte de un equipamiento de soldados que podrían emplearlas forrando los pies con algún tipo de tejido a modo de calcetín.
J.M.A.
* Fuente La Vanguardia